Cuando hablamos de facilitación, lo primero que salta a nuestra mente, es sencillez. Y es precisamente eso lo que la facilitación del comercio en la región centroamericana debe de buscar y nunca desmayar en el intento: procesos sencillos y baratos que faciliten y mejoren el trasiego de mercancías. Es esto lo que procederemos a analizar, el estado de esos procesos o intentonas centroamericanas, o dicho de otra manera, la cada vez más cercana realidad en la facilitación aduanera y comercial de estos países hermanos.
Unión aduanera centroamericana como medio para la facilitación:
Es evidente que las empresas privadas involucradas en el transporte, sea ya marítimo, terrestre o aéreo, como parte de la cadena logística del comercio centroamericano -siguiendo la mecánica de la economía de escala- implementan procesos eficientes y menos costosos para volverse competitivos y "robarse" entre ellos mercado o clientes.
Pero dichos esfuerzos (o luchas) no serán suficientes si a la par no se cuentan con procesos fáciles y eficientes en los puntos críticos de la cadena, como lo son las aduanas y controles gubernamentales, sea ya por temas de seguridad o de salud pública. Tal es el caso como sucede en los puntos fronterizos bajo control aduanero de la región centroamericana que los coloca por debajo del ranking en los indicadores de competitividad en America Latina.
Como solución a este entuerto, ha surgido esta iniciativa por parte de la SIECA, a fin de crear una estructura intergubernamental entre los países centroamericanos para que faciliten sus procesos aduaneros con miras a mejorar el comercio regional y ser internacionalmente competitivos, reduciendo no solo tiempos en los despachos aduaneros, si no que también reduciendo costos y eliminando la burocracia a través de protocolos de entendimiento.
A nuestro criterio, esta Unión Aduanera Centroamericana, ya se está volviendo una realidad e indefectiblemente se implementarán esos tan anhelados procesos unificados, eliminando el papeleo burocrático, y ya van en buen camino Honduras y Guatemala, y más recientemente El Salvador y Nicaragua.
Pero a la par de este proceso, que se ve lento comparado con la velocidad del mercado y el comercio mundial, prevemos un gran obstáculo y es que de nada servirá la facilitación de los procesos, si los gobiernos no reducen los precios arancelarios cada vez más elevados o nuevos costos, que no se traducen en mejores carreteras de tráfico rápido que justifique de pronto el pago de esos tributos o aranceles, tópicos que deben ser también discutidos como elementos prioritarios.
Conclusión
Por lo anterior, en nuestra opinión, el proceso de facilitación va en buen camino, pero como en todo, siempre habrán retos y burocracia de parte de los Estados a fin de garantizar adecuadas recaudaciones para hacer frente a sus compromisos sociales y políticos.
Mientras el tema económico y comercial vaya de la mano de políticas y filosofías tradicionales no evolutivas, vemos que nos costará superar esas barreras que nos separan de los países industrializados.
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Rafael Enrique Gómez Mateo | abogado
Máster en Derecho Marítimo y Gestión Portuaria
Máster en Derecho Empresarial